La epidemia de Ébola. . . Mientras que la mayor parte del mundo refuerza el control de las fronteras y esencialmente huye del problema, Cuba abre un nuevo capítulo de solidaridad y enfrenta el peligro. Al enviar 255 médicos y enfermeras a África occidental para hacer frente al último brote de ébola, la heroica isla (con pocos recursos excepto coraje, decencia y educación) ha dado una vez más al mundo una lección de internacionalismo.
Este último capítulo de la solidaridad cubana debería agregarse a una lista de episodios que incluye asistencia médica a numerosos países, pero quizás lo más destacado sea el papel central de Cuba en la derrota del apartheid sudafricano. A pesar de la feroz lucha interna y el boicot internacional, el fin del régimen racista de Sudáfrica no habría ocurrido si un gran número de voluntarios cubanos no hubieran luchado en Angola y Namibia en los años 1970 y 1980.
El último grupo de profesionales médicos cubanos, que llegaron la semana pasada a Liberia y Guinea Conakry, no recibirán las evacuaciones médicas privilegiadas de las que se han beneficiado los médicos y sacerdotes españoles y norteamericanos. Si caen enfermos serán tratados in situ, en las mismas circunstancias que la población residente. Ya se ha cobrado la vida de un internacionalista cubano: jorge juan guerra rodriguez sucumbió a la malaria cerebral el domingo en Guinea.
el medico cubano Ronald Hernández Torres escribió en su cuenta de facebook desde Liberia: “Estoy aquí cumpliendo con mi deber como médico revolucionario, ayudando al pueblo africano en la lucha contra la epidemia de Ébola. Llegamos ayer y pronto estaremos en primera línea, saldando la deuda que toda la humanidad tiene con África. La única manera de evitar que la epidemia se extienda al mundo entero es detenerla aquí. Estamos ayudando para que no haya más muertes por Ébola en este gran continente”.
No es necesario mencionar que el envío de soldados por parte de Estados Unidos a la zona (que se remonta a la ocupación militar de Haití tras el terremoto de 2010) es ridículo e irresponsable (y no sólo en comparación con el esfuerzo cubano). Hoy en día la mayoría de las epidemias, cualquiera que sea su dimensión biológica, tienen bases sociales y políticas. En el caso de la epidemia de Ébola, el problema fundamental es que Los sistemas médicos del África subsahariana se han debilitado por el saqueo neocolonial de estos países. Rectificar este tipo de problema, como cualquier otra “guerra contra la pobreza”, no es tarea de las fuerzas armadas.
“Riflocracia” podría ser el nombre del último plan de Estados Unidos para los desastres del Tercer Mundo. Probado por primera vez en Haití y aplicado ahora en África occidental, es algo mucho más degenerado que el asistencialista. “letrinocracia”que el Che Guevara denunciado en Punta del Este hace unos 50 años. Sin embargo, esto hace que el internacionalismo del Che sea aún más relevante. Ese médico cubano-argentino escribió en una carta de despedida a sus hijos sobre cómo un revolucionario “debe ser siempre capaz de sentir, en lo más profundo de su ser, cualquier injusticia en cualquier parte del mundo”. Afortunadamente, como nos han demostrado las brigadas médicas cubanas, sigue habiendo personas que están a la altura de este legado.
Chris Gilbert es profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Bolivariana de Venezuela.
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