Estados Unidos afirma que Irán suministra artefactos explosivos improvisados (IEDS) a los insurgentes iraquíes. No se han aportado pruebas serias.
RESUMEN
El domingo 11 de febrero, funcionarios estadounidenses anónimos presentaron bombas colocadas al borde de las carreteras, así como componentes y fragmentos de bombas, y otras armas utilizadas por los insurgentes iraquíes, afirmando que habían sido fabricadas en Irán e introducidas de contrabando en Irak por orden de los niveles más altos del gobierno iraní. . Sin embargo, el lenguaje utilizado por el secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, y por los propios informantes, fue más provisional que concluyente. Las "evidencias" dramáticas que se habían prometido no se materializaron. Las afirmaciones de que los números de serie y la calidad del mecanizado de armas y componentes sólo podían proceder de Irán no fueron fundamentadas con ningún detalle. No se presentó ninguna prueba de que las armas y los componentes hubieran llegado a través de canales gubernamentales y no a través de mercados criminales o contactos informales e irregulares con unidades militares iraníes. De hecho, el partido y la milicia iraquíes más cercanos a Irán han sido reconocidos por su apoyo a la ocupación estadounidense. Una afirmación anterior sobre la procedencia iraní de la tecnología insurgente en realidad se remonta al IRA, que aparentemente adquirió la capacidad de disparar bombas con el conocimiento y la facilitación del gobierno británico. Curiosamente, ninguno de los diarios británicos de “calidad” informa que uno de los informantes estadounidenses admitió que no había “ninguna prueba irrefutable” que vinculara a Teherán y los militantes iraquíes.
INTRODUCCIÓN
El domingo 11 de febrero, después de días de filtraciones a la prensa, oficiales militares estadounidenses en Bagdad hicieron acusaciones de participación de alto nivel del gobierno iraní en el suministro de armas y entrenamiento a los insurgentes iraquíes. La mayoría de estas acusaciones se centraron en la creciente sofisticación de los “dispositivos explosivos improvisados” (IED, por sus siglas en inglés) utilizados como bombas al borde de las carreteras por los insurgentes iraquíes contra los convoyes militares estadounidenses. La "evidencia" producida para respaldar estas afirmaciones en realidad equivalía a poco más que una afirmación. Quizás el aspecto más interesante sea la brecha entre lo que nos habían prometido y lo que realmente se reveló. Meses antes, se informó con entusiasmo que había "pruebas irrefutables del apoyo iraní a los terroristas en Irak: armas nuevas, recién salidas de fábricas iraníes".[ 1 ]
Cuando llegó el momento, oh
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