El cuidado y el apoyo mutuo son las monedas de la vida, tanto en la naturaleza como en la sociedad, interactuando juntas como un todo, compartiendo valores intrínsecos y derechos inherentes.
La Tierra, Gaia, Terra Madre es un planeta vivo cuya rica biodiversidad de vida ha evolucionado durante miles de millones de años y sustenta toda la vida. No es materia muerta ni materia prima para explotar y degradar.
El cuidado de la Tierra y de toda la vida es nuestra responsabilidad ética y ecológica.
El cuidado de la Tierra es la economía de la vida, Oikonomía.
En un período de colapso y desintegración ecológica y social, sanar y regenerar la Tierra es la base para restaurar el futuro humano.
- Cuidado de la Tierra y Derechos de la Tierra
Reconocer que somos una Familia Terrestre, seres vivos interconectados, en toda nuestra diversidad, que participamos y compartimos una red de vida común. El cuidado de la Tierra regenera los recursos de la naturaleza, la biodiversidad y la economía que nos proporcionan vida y sustento. La Tierra y su ecosistema nos sustentan con oxígeno para respirar, agua, alimentos, ropa, refugio y medicinas.
La industrialización, impulsada por los combustibles fósiles y el petróleo, está destruyendo los ecosistemas vivos de la Tierra y ha provocado el cambio climático, la pérdida de la biodiversidad que sustenta la vida, las enfermedades, la destrucción de los bosques y la extinción de la vida vegetal y animal, impulsándonos a la extinción.
Respetar los recursos finitos de la Tierra es fundamental para una economía del cuidado y para una humanidad solidaria.
- Inteligencia humana, autonomía, libertad y derechos
Los seres humanos hemos estado co-creando con la Tierra, su biodiversidad y entre nosotros desde tiempos inmemoriales, una realidad olvidada desde el inicio de la industrialización y que ahora debemos recuperar.
El enfoque cartesiano mecanicista y separativo de toda la vida ha reducido a los humanos a máquinas, a seres mecánicos y no pensantes, que responden sin pensar a normas y estímulos impuestos. La tecnología de alta frecuencia y la digitalización están adormeciendo nuestro cerebro y nuestra inteligencia y erosionando nuestro derecho inherente a elegir. Big Data, algoritmos, inteligencia artificial (IA) y robótica imaginan ahora un futuro de agricultura sin agricultores, manufactura sin trabajadores, educación e información sin profesores, salud sin médicos.
Las economías del cuidado se basan en recuperar nuestras mentes, autonomía y potencial creativo, para preservar nuestras libertades y nuestros derechos a trabajar al servicio de la Tierra, nuestras comunidades y las generaciones futuras. Las economías del cuidado estimulan la libertad creativa, la justicia y la cohesión.
- Comunidad regeneradora
La vida es un fenómeno comunitario sensible y solidario, tanto en la sociedad como en la naturaleza. Es relacional, no atomístico. Las comunidades son el lugar donde convergen y se regeneran las economías locales de sustento, salud y bienestar. Las relaciones tejidas a través del respeto y la reciprocidad cultivan la creatividad y el bienestar. Las economías del cuidado crean armonía y prosperidad.
- Reclamando los Comunes
Las economías del cuidado se basan en la recuperación de los bienes comunes y públicos: el cuidado de la tierra y el intercambio de los recursos comunes de la tierra: los bienes comunes de las semillas y la biodiversidad, del agua y la tierra, de los alimentos y la nutrición; y los bienes y servicios públicos que las sociedades han desarrollado a través de responsabilidades y derechos comunes: conocimiento, democracia, salud, educación, energía, transporte y vivienda.
La privatización, las patentes y el cercamiento de los bienes comunes son un sistema fallido de un proceso colonial basado en la extracción y la codicia y no tienen cabida en las economías del cuidado. La financiarización y comodificación de la naturaleza reducen la tierra y sus recursos a activos financieros, hoy controlados por multimillonarios y sus fondos de gestión de activos, y agravan la crisis ecológica y ponen en peligro a las comunidades indígenas y a los pequeños agricultores que siempre han nutrido la biodiversidad y la Tierra. La Madre Tierra no está a la venta.
- De la competencia a la cooperación, de las economías de Codicia a las Economías del Cuidado, de las Economías Extractivas a las circulares de la Ley del Retorno
La cooperación y la sinergia son la base de las economías del cuidado. Las Economías del Cuidado respetan los límites de la Tierra y se basan en las necesidades. Como nos recordó Gandhi “La Tierra tiene suficiente para las necesidades de todos, pero no para la avaricia de unos pocos”.
La competencia y la codicia violan los procesos ecológicos de la naturaleza y destruyen la capacidad de los ecosistemas y las comunidades para renovarse, regenerarse y producir. Las economías de avaricia, basadas en el extractivismo y la competencia, crean escasez, hambre y enfermedades, desechabilidad, desempleo y violencia.
Las economías del cuidado se basan en economías circulares, de dar, reciprocidad, compartir y mutualidad: la Ley del Retorno.
Las economías circulares aumentan el potencial creativo y regenerativo de la sociedad y la naturaleza. Los sistemas de economías del cuidado son circulares, locales, participativos y armoniosos y conducen al bienestar y la abundancia.
- Diversidad y descentralización
La globalización ha llevado a un control centralizado sobre los recursos de la tierra, a la centralización del control sobre los mercados y a la degradación de la calidad de los alimentos que comemos y de la ropa que usamos. La calidad requiere cuidado. Las economías del cuidado implican descentralización y democracia participativa y abarcan una diversidad cultural y biológica que precipita la participación y la localización arraigadas en las relaciones y la afinidad.
- Democracy
Las Economías del Cuidado se basan en la igualdad, la justicia y la dignidad para todos y son el núcleo de una Democracia Viva del pueblo, por el pueblo y para el pueblo. Ninguna persona o especie es prescindible.
Las Economías del Cuidado generan alimentos para todos, salud para todos, trabajo para todos.
Las economías de la codicia se basan en el control centralizado, la uniformidad, la dominación y la creación de jerarquías y son una amenaza para la democracia.
La codicia promueve el uso de tecnologías descuidadas que dañan la Tierra y su gente y hacen que la gente sea prescindible.
La Democracia de la Tierra es la democracia de toda la vida en interconexión y participación.
- Consideración y cuidado de los derechos de las generaciones futuras
Los principios de las Economías de cuidado se basan en el visionario Principio de Séptima Generación de la Confederación Iroquesa, la democracia participativa viva más antigua donde el principio rector de todas las políticas es la consideración y el cuidado de las próximas siete generaciones.
El Principio establece: “En cada una de nuestras deliberaciones, debemos considerar el impacto de nuestras decisiones en las próximas siete generaciones”.
- De la guerra y los conflictos a la paz y la armonía
La codicia y la competencia crean conflictos por los recursos, guerras por los recursos de la tierra y guerras que destruyen la tierra.
Para evitar el colapso ecológico y la extinción de especies, debemos detener la guerra contra la Tierra y hacer las paces con la Tierra, trabajando de acuerdo con las leyes ecológicas, respetando los límites planetarios y los derechos de todas las especies y de todos los seres humanos en armonía como un todo.
A través del Cuidado de la Tierra, regenerando y sanando ciclos rotos y sociedades rotas, podemos hacer la Paz con la Tierra. No tomar más de lo que necesitamos es un acto de paz. Cuidar y compartir los regalos de la Tierra es el camino hacia la Paz.
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