Fuente: The Independent
¿Es esta guerra por accidente o por diseño? Todos hemos dicho que una guerra importante en Oriente Medio podría comenzar por accidente. Pero nadie pensó Donald Trump Iría por la yugular así. A matar al general Qassem Soleimani es una espada en el corazón de Irán, sin duda. ¿Y en nombre de quién?
Trump se jacta de su relación con el rey saudí, que ha hablado de “cortarle la cabeza a la serpiente iraní” y cuyas instalaciones petroleras fueron atacadas con misiles disparados por drones –que Estados Unidos atribuyó a Irán– el año pasado. ¿O Israel? ¿O se trata simplemente de otra decisión con resultados incalculables, tomada por un presidente chiflado de Estados Unidos?
Imagínense lo que sucedería si uno de los principales generales estadounidenses –o dos, ya que Abu Mahdi al-Muhandis era una figura proiraní destacada en Irak– fuera explotado durante una gira por Oriente Medio. Habría ataques aéreos, ataques a los centros nucleares de Irán, amenazas de Washington de cerrar todo el tráfico entre Irán y el mundo exterior. La muerte de un estadounidense en Bagdad el viernes y los disturbios frente a la embajada de Estados Unidos, si bien son tristes, difícilmente justifican ataques estadounidenses a esta escala.
Los estadounidenses se han acostumbrado desde hace mucho tiempo a organizar ataques contra bases de milicias proiraníes en Irak y Siria. En los últimos meses, estos ataques se han vuelto normales, regulares, como las frecuentes incursiones de Israel en Siria y el Líbano. Pero fue una operación militar estadounidense la que también mató a Abu Bakr al-Baghdadi en Siria, un musulmán sunita que era enemigo de Teherán y a quien los iraníes habrían estado felices de liquidar.
Los estadounidenses están acostumbrados a este tipo de asesinatos –o “asesinatos selectivos”, como los llaman los israelíes–, eliminando a sus enemigos cuando así lo desean. Osama bin Laden fue el primero, Bagdadi el segundo y Suleimani el tercero. Israel lleva a cabo regularmente este tipo de asesinatos con cohetes en Gaza, donde los líderes de Hamás son a menudo asesinados.
Sin embargo, es fácil considerar a estos hombres tan importantes como ellos creen que son. Estados Unidos suele exagerar enormemente las fuerzas de Irán en Siria, por ejemplo. Las afirmaciones sobre la presencia de 10,000 miembros de la Guardia Revolucionaria Quds en Siria eran tremendamente inexactas. Dos mil pueden ser más exactos en cualquier momento dado. Es cierto que los hombres de inteligencia iraníes están dispersos por todo el Medio Oriente. Pero también lo son los agentes estadounidenses.
Uno de los hombres de inteligencia más importantes de Teherán fue Ghadanfar Rokon Abadi, quien fue el hombre de Irán en Beirut y más tarde su embajador allí. Probablemente sabía más que nadie sobre Hezbolá y Siria y regresó a Teherán en 2014. Esto no pasó mucho tiempo después de que islamistas suníes, supuestamente con apoyo saudita, organizaran un ataque suicida contra su embajada, matando a 23 empleados de la embajada, guardias de Hezbolá y civiles. Rokon Abadi se salvó. Su principal hombre de seguridad fue asesinado. Pero en 2016, hizo la peregrinación del Haj a La Meca, donde 2,300 personas (464 de ellas iraníes) murieron aplastadas por el pánico y los disturbios de los que Irán culpó a la monarquía saudí. Rokon Abadi estaba entre ellos. Pasaron meses antes de que sus restos fueran devueltos a Irán.
Pero en Medio Oriente los agentes de inteligencia siempre están en peligro. Fue un grupo satélite de Hezbollah llamado Jihad Islámica el que mató al jefe de la estación de la CIA en Beirut, William Buckley, e Imad Mougnieh, su presunto asesino –o el hombre que dio la orden– fue asesinado por un coche bomba en Damasco en 2008. En 1983, un suicidio Un atacante hizo estallar su camión bomba frente a la embajada de Estados Unidos en Beirut, matando a 32 personas y aniquilando a la mayoría de los agentes de la CIA que estaban celebrando una reunión en el interior.
Ah, sí, y una cosa más. ¿No se avecinan elecciones en Estados Unidos este año? ¿Y Trump no quiere ganar? Y Soleimani, como objetivo en Bagdad, caerá bastante bien con los republicanos. Irán siempre ha respondido a insultos o ataques esperando y retrasando sus propias represalias. Recuerde dos petroleros llamados adrian darya y del Stena Impero? Pero ahora se está volviendo personal.
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