Revisión: Venezuela: la revolución como espectáculo por Rafael Uzcategui (Ver Sharp Press, 2010)
en su ensayo América Latina y el socialismo del siglo XXI (publicado en un número de Monthly Review el año pasado), Marta Harnecker presenta una descripción de “algunas características” de un socialismo descentralizado y autogestionado basado en la democracia directa en los lugares de trabajo y los vecindarios, una imagen que congenia con los socialistas libertarios. También ofrece una interpretación del Movimiento Bolivariano –el movimiento liderado por Hugo Chávez– que sugiere que está embarcado en una transición hacia este tipo de socialismo en Venezuela.
El libro de Rafael Uzcátegui reúne mucha evidencia para cuestionar esa interpretación. Uzcátegui sostiene que la continuación del capitalismo es un resultado más probable del gobierno de Chávez que una transición al socialismo. Uzcátegui también rechaza la fantasía derechista de un "comunismo al estilo Castro" que se está instaurando en Venezuela.
Uzcátegui cita con aprobación la opinión del periodista radical uruguayo Raúl Zibechi (autor de Poder de dispersión). Zibechi cree que los gobiernos de izquierda en América Latina (incluida Venezuela) tienden a atraer a los militantes y organizadores orgánicos de los movimientos populares hacia los proyectos electorales y partidistas de izquierda... dejando una capacidad disminuida de independencia y combatividad entre los movimientos sociales. Dada la pobreza y el descontento en América Latina, Zibechi sostiene que ésta es la única manera de que el capitalismo sobreviva en esa región. Así es también como el libro que reseñamos ve el movimiento liderado por Hugo Chávez. Para ofrecer una crítica del gobierno de Chávez desde la izquierda, entrevista y cita a una variedad de personas en movimientos laborales, ambientalistas, indígenas y otros movimientos sociales.
Rafael Uzcategui es investigador principal del Programa Venezolano de Educación en Derechos Humanos (PROVEA) sin fines de lucro y miembro del colectivo que produce el periódico anarquista. El Libertario. Su libro utiliza entrevistas, estadísticas e informes para proporcionar una imagen de la situación real sobre el terreno en Venezuela. La edición en inglés agrega material para una audiencia norteamericana que no estaba en las ediciones anteriores en español y francés. En esta revisión sólo voy a tocar algunos de los temas que se tratan en este estudio tan detallado.
El Caracazo y una crisis de legitimidad
Para explicar el surgimiento del movimiento Chávez, Uzcátegui analiza los nuevos movimientos sociales que surgieron en los años 90 y el creciente descrédito de los partidos políticos que habían gobernado Venezuela desde el comienzo de la "democracia representativa" en ese país en 1958.
Durante la primera mitad del siglo XX Venezuela había estado gobernada por una sucesión de dictaduras o regímenes autoritarios. Cuando finalmente llegó la "democracia representativa" a Venezuela, todavía era un crecimiento frágil. Los partidos que se alternaron en el poder desde los años 20 hasta los 60... Acción Democrática (AD) y el Partido Social Cristiano (COPEI), querían garantizar que el descontento popular no condujera al derrocamiento de este nuevo acuerdo mediante otro golpe militar o una insurrección popular. Así, los sucesivos gobiernos utilizaron los ingresos petroleros del país para construir un Estado de bienestar. Para asegurar un control sólido de los ingresos provenientes de la extracción de hidrocarburos, un gobierno de AD nacionalizó la industria petrolera del país en 1976. El estado de bienestar construido en esa época incluía:
- un sistema de Seguridad Social que proporcionaba prestaciones por desempleo, pensiones y pagos por invalidez
- un sistema público de salud gratuito
- subvenciones para la construcción de viviendas públicas
- subsidios a los servicios públicos, la gasolina y los precios de los alimentos
- Educación pública gratuita en todos los niveles.
Las diversas iniciativas del gobierno de Chávez (llamadas "Misiones") para proporcionar beneficios sociales en áreas como atención médica, alfabetización, suministro de alimentos subsidiados y vivienda siguen los pasos de las anteriores iniciativas populistas de Acción Democrática gobiernos
A finales de los años 80, Venezuela comenzó su deslizamiento hacia el neoliberalismo con la imposición de un Programa de Ajuste Estructural del Fondo Monetario Internacional. El entonces presidente de AD en el poder impuso aumentos drásticos en los precios del transporte. Esto provocó una rebelión popular el 27 de febrero de 1989, conocida como el Caracazo. Esto se materializó en disturbios y saqueos de almacenes. El ejército cometió varias masacres para reprimir esta rebelión. Cientos de personas murieron. Así, el neoliberalismo y la represión fueron los puntos de partida de una crisis de legitimidad para los viejos partidos. Los movimientos sociales independientes crecieron en los años 90 y se convirtieron en la principal fuente de protestas y manifestaciones. Mientras tanto, la participación en las votaciones se desplomó de más del 90 por ciento en los años 60 y 70 al 56 por ciento en 2000.
El autor describe una variedad de movimientos sociales que estuvieron presentes en Venezuela en los años previos a que Chávez llegara al poder -desde grupos de mujeres y la Unión de Juventudes Revolucionarias, hasta grupos indígenas y ambientalistas, y luchas sindicales-, como una lucha en defensa de los derechos sociales. servicios en 1996 que reunió a más de un centenar de sindicatos. Los barrios más pobres a menudo participaron en protestas como bloqueos de calles o disturbios o "huelgas cívicas" locales que resultaron en cierres de tiendas y transporte. Un movimiento particularmente significativo a principios de los años 90 fue la Asamblea de Barrios en Caracas en la que estuvieron representados más de 200 barrios. Aquella Asamblea fue un espacio de discusiones y debates sobre las diversas luchas de determinados barrios.
Dice Uzcátegui: "En la década de 1990, las visiones de un mundo diferente estaban fragmentadas y aisladas, sin pretensiones de totalidad. Las movilizaciones fueron, en su mayoría, reacciones defensivas contra las políticas gubernamentales... La dinámica interna de las luchas sociales en Venezuela implicó el desarrollo de relaciones entre los oprimidos, lo que entre otras cosas les permitió asegurar su supervivencia".
El primer vehículo político de Chávez fue el Movimiento Revolucionario Bolivariano (MBR-200), que surgió de su participación en un fallido golpe militar en 1992. El MBR-200 era una vanguardia conspirativa dedicada a tomar el poder mediante la insurrección y defendía la abstención en la política electoral. En 1997, Chávez cambió de rumbo y decidió postularse para presidente. La amplia gama de movimientos sociales, el amplio descontento social y el apoyo de sectores de la izquierda se "tradujeron en votos para Chávez" cuando éste fue elegido en 1998. La victoria de Chávez reflejó la pérdida de legitimidad de los viejos partidos y el nivel de descontento, pero el gobierno de Chávez no fue producto de una base social organizada y existente. Dos intentos de las fuerzas chavistas de construir una base social desde arriba fueron el movimiento obrero y la creación de los consejos comunitarios.
Consejos de la comunidad
En el ensayo citado anteriormente, Marta Harnecker escribe:
"Como en Venezuela el Estado heredado no dejaba suficiente espacio al protagonismo popular, Chávez tuvo la idea de fomentar nuevas formas de organización popular y comenzó a transferirles el poder... Una de las creaciones más originales del proceso revolucionario bolivariano. eran los consejos comunales, que daban la toma de decisiones sobre diversas materias a los habitantes de pequeños espacios territoriales."
"La Ley de Consejos Comunitarios fue aprobada sin ningún aporte de las bases", señala Uzcátegui.
Creación de los Consejos Comunitarios (consejos comunales) desde arriba fue una responsabilidad entregada al general del ejército Jorge Luis García Carneiro, quien anunció un fondo de 982 millones de dólares para proyectos de consejos comunitarios. Los consejos comunitarios tienen un alcance bastante pequeño: agrupan a un máximo de 200 familias en áreas urbanas, 50 familias en áreas rurales y tan solo 10 familias en áreas indígenas.
Los Consejos Comunitarios no fueron la primera incursión del gobierno de Chávez en la gobernanza local. La primera iniciativa fue la creación de Consejos Locales de Planificación. Debido a que se les otorgaron ciertos poderes sobre el presupuesto local, los alcaldes y concejos municipales los percibieron como una amenaza directa. Los alcaldes comenzaron a socavar estos consejos de diversas maneras, incluido el nombramiento en lugar de la elección de los antiguos representantes comunitarios.
Chávez eludió a los líderes del gobierno local electo al establecer Consejos Comunitarios sin relación con el gobierno local. Los consejos comunitarios reciben fondos a través de una cadena de comités regionales y nacionales que obtienen sus órdenes y financiamiento en última instancia de la oficina de la presidencia. Los consejos comunitarios carecen de una forma horizontal de asociación entre ellos y están fragmentados por su vinculación directa con el Estado.
Uzcátegui reconoce que este programa ha dado como resultado muchas buenas obras de pequeña escala en todo el país, como canchas deportivas. Pero su argumento aquí es que los Consejos Comunitarios son un medio para construir un movimiento local subordinado, incorporado al Estado.
Uzcategui cita el estudio sobre los Consejos Comunitarios realizado por la investigadora y activista ambiental María Pilar García-Guadilla: "Los objetivos y la retórica de la mayoría de los actores políticos, sociales y gubernamentales sobre los Consejos Comunitarios no se corresponden con la práctica", escribe García-Guadilla. .
"Si bien los objetivos y la retórica del presidente se refieren al empoderamiento, la transformación y la democratización, las prácticas observadas apuntan a clientes dependientes, cooptación, centralización y exclusión por razones políticas".
En su informe (1), García-Guadilla dice que la dependencia de los Consejos Comunitarios del ejecutivo del Estado central significa que aquellos cuyos proyectos encajan con "el presidente y su proyecto reciben recursos prometidos mientras que aquellos que se le oponen deben pasar por innumerables trámites burocráticos que disfrazan el motivo de la negativa a recibir su solicitud definitiva" (mi traducción).
Ella cita una serie de casos en los que los consejos comunitarios han desaparecido debido a la falta de participación continua. En la ciudad de Sucre, donde había 150 consejos comunitarios a mediados de 2007, un informe posterior indicó que "el 40 por ciento quedaron discapacitados... por la deserción de sus miembros".
Como miembro de una organización de derechos humanos que se preocupa por los problemas de la participación policial y militar en ejecuciones extrajudiciales, a Uzcategui le preocupan particularmente las funciones policiales y militares asignadas a los consejos comunitarios. Señala una importante reunión de representantes de los consejos comunitarios en Caracas que fue patrocinada por la DISIP (la policía política) y las preocupaciones de la policía y las autoridades gubernamentales de hacer de los consejos comunitarios sus "ojos y oídos" en las comunidades locales. Los consejos comunitarios también han sido presionados para que se integren a las iniciativas emanadas del partido chavista, PSUV.
Uzcategui cita una de las conclusiones de García-Guadilla: "Los Consejos Comunitarios...carecen de la capacidad de enriquecer las identidades sociales y culturales, y de contribuir al pluralismo de los modos de vida urbanos porque no impulsan el movimiento hacia una sociedad autónoma, alternativa y pluralista. , uno separado del Estado que" implementa un control de arriba hacia abajo en la esfera de la "transformación social".
El estudio de García-Guadilla es un buen comienzo para una crítica de los Consejos Comunitarios, pero creo que Uzcátegui habría presentado argumentos más sólidos si hubiera proporcionado estudios de casos más concretos.
Unionismo de arriba hacia abajo
Otra estrategia vertical de construcción de bases que persigue el gobierno de Chávez es la creación de organizaciones laborales "desde arriba y por decreto". Este es otro caso en el que Chávez sigue los pasos del anterior populismo verticalista de Acción Democrática. La Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV) se creó originalmente en 1947 de manera vertical. AD instigó un congreso sindical que creó un comité ejecutivo de la CTV compuesto únicamente por militantes del partido AD. "Cuando Hugo Chávez asumió el poder", escribe Uzcátegui, "su intención de controlar el movimiento obrero fue evidente desde el primer día". En Venezuela, un organismo gubernamental controla las elecciones sindicales. Las elecciones para la dirección de la CTV se retrasaron dos años mientras las fuerzas de Chávez construían el Frente Bolivariano de Trabajadores como grupo electoral interno en la CTV. Se desplegaron enormes recursos estatales en la campaña para hacerse con el control de la CTV. Se celebró una multitudinaria reunión en el Poliedro de Caracas -un gran recinto- y "los participantes fueron transportados desde toda Venezuela en miles de autobuses". A pesar de estos esfuerzos, el Acción Democrática La pizarra ganó las elecciones.
Después de esa derrota, las fuerzas de Chávez actuaron para crear una nueva federación sindical, Unión Nacional de Trabajadores (UNT – Unión Nacional de Trabajadores). Cuando se creó la UNT, todos sus directores habían sido designados desde arriba. Según la corriente sindical de izquierda Opción Obrera, "había pocos directivos auténticos de origen laboral". Durante tres años no se convocó a un congreso. En 2008 Opción Obrera escribió,
"La crisis interna de la UNT persiste y empeora hasta el día de hoy... Las prácticas progubernamentales de la CTV que fueron criticadas ahora están siendo repetidas por los líderes de la UNT que se entregan incondicionalmente al gobierno".
La incorporación de organizaciones obreras al partido chavista, PSUV (Partido Socialista Unido de Venezuela), ha sido otra táctica de control del movimiento obrero. En marzo de 2007 Chávez dijo en un discurso:
"Los sindicatos no deberían ser autónomos... Es necesario acabar con esto."
Orlando Chirino es un socialista revolucionario y ex sindicalista de la industria textil que fue el primer Coordinador Nacional de la UNT y dirigente de una de las tendencias de izquierda en ella: Corriente Clasista, Unitaria, Revolucionaria y Autónoma (Corriente Clasista, Unitaria, Revolucionaria y Autónoma). Chirino había participado activamente en la lucha contra el golpe de derecha contra Chávez en 2002 –en el que la CTV apoyó a la oposición conservadora– y, por tanto, se había involucrado en el esfuerzo por formar una nueva organización sindical nacional. Pero muy rápidamente desarrolló conflictos con los directores designados y finalmente rompió con el movimiento Chávez. Chirino es particularmente crítico con la postura dictatorial del gobierno de Chávez hacia los trabajadores del sector público, expresada en la falta de voluntad para negociar con las organizaciones de trabajadores:
"Quiero señalar los convenios colectivos más importantes que han sido violados. Empezaremos por los trabajadores públicos, aproximadamente dos millones y medio de trabajadores. Han pasado cinco años, desde diciembre de 2004, desde que se discutieron sus normas contractuales, y Esto es muy grave. Esto ha resultado en que el 70 por ciento de los trabajadores públicos sean trabajadores con salario mínimo, es decir que somos un país de trabajadores con salario mínimo. Han pasado tres años desde que se venció el convenio colectivo de los educadores; A los trabajadores eléctricos, aproximadamente 36,000 de ellos, se les expiró el contrato el año pasado; y los trabajadores del petróleo durante los últimos diez años han perdido importantes ganancias."
Los salarios en la petrolera estatal (PDVSA) estuvieron congelados de 2007 a 2009, mientras que la inflación fue del 66.5 por ciento. Uzcátegui cita a un trabajador petrolero (del sitio web izquierdista laclase.info) sobre el resultado: "Muchos trabajadores tienen segundos empleos, como taxistas o vendedores de productos de limpieza". Este trabajador petrolero menciona otros problemas en PDVSA:
- Falta de suministro de equipo de seguridad.
- Eliminación del pago de horas extras
- Inequidades y discriminación en el pago de salarios
- Criminalización de las reivindicaciones laborales por parte de los trabajadores
El gobierno también se ha negado a permitir nuevas elecciones de representantes sindicales en PDVSA. Hace aproximadamente un año entrevisté a otro miembro de la El Libertario colectivo, Rodolfo Montes de Oca. Es un joven abogado que trabajaba en aquella época con los opositores radicales del sindicato de trabajadores del petróleo (anarquistas, trotskistas, etc.). Dice que habían solicitado cinco veces nuevas elecciones sindicales y cada vez fueron denegadas. Dijo que los trabajadores radicales no consideraban que el jefe del sindicato fuera muy eficaz. Creía que el gobierno no permitiría una nueva elección porque el líder sindical era chavista.
El Metro de Caracas ofrece otro ejemplo de la política laboral de Chávez. Los trabajadores mantuvieron negociaciones con el representante del gobierno durante un año y medio y llegaron a un acuerdo. Pero Chávez y su nuevo director del Metro se negaron a aceptar el nuevo acuerdo. Si hicieran huelga, Chávez dijo que militarizaría el Metro y despediría a los trabajadores. El gobierno de Chávez tenía dos agencias policiales, la DISIP (la policía política) y la DIM (inteligencia militar) que participan en estas amenazas. También se movilizaron consejos comunitarios contra los trabajadores del Metro. Chirino describe lo que pasó entonces:
"Y así, sin consultar con los trabajadores,... los directores del sindicato que eran miembros del PSUV [el partido de Chávez] aceptaron las demandas del gobierno y revocaron la mayoría de los logros obtenidos anteriormente".
Orlando Chirino dice que en sus 34 años en el movimiento sindical, "nunca ha visto el extremo al que hemos llegado hoy con la criminalización de las protestas... Por ejemplo, cuando estás... repartiendo folletos en la puerta de una fábrica, hablando a través de un megáfono, participando en una asamblea, utilizan los órganos represivos del Estado para detener a los dirigentes, llevarlos a la cárcel y en la cárcel los acusan, lo que termina con la prohibición de que los militantes sindicales se acerquen a los negocios donde trabajan. realizar su labor política, bajo los legítimos derechos de libre expresión y organización”.
Desnacionalización parcial de los recursos energéticos
Uzcátegui señala la desnacionalización parcial de la industria energética de Venezuela bajo el gobierno de Chávez como un ejemplo de la adaptación de Chávez al capitalismo. Un experto de la industria petrolera que Uzcátegui cita extensamente es Pablo Hernández Parra. Hernández Parra había sido encarcelado allá por los años 60 por su participación en grupos de lucha armada de izquierda. Fue uno de los fundadores del grupo marxista-leninista. bandera roja (Bandera roja). Pasó a formar parte de un grupo creado en 2002 para defender la industria petrolera estatal durante la huelga de la patronal y la CTV contra Chávez. En ese momento, la inflada burocracia gerencial de PDVSA (Hernandez Parra los llama la "meritocracia") participaba en la huelga. Según Hernández Parra, la introducción de "empresas mixtas" en el sector de petróleo y gas desde entonces es un cambio que se está produciendo "a espaldas" de los trabajadores de Pdvsa.
Desde la nacionalización de la industria petrolera en 1976, y hasta el gobierno de Chávez, la relación de PDVSA con las grandes compañías petroleras privadas había tomado la forma de simples contratos de servicios: el gobierno pagaba por los servicios mientras continuaba siendo el propietario absoluto de todo el petróleo y el gas producido. .
La introducción de "empresas mixtas" es una innovación del gobierno de Chávez. Se trata de empresas que normalmente tienen entre un 51 y un 60 por ciento de propiedad estatal y las principales empresas energéticas poseen el resto. Durante los años 90, los políticos en Venezuela habían dicho que era necesario involucrar a las multinacionales para aumentar los ingresos petroleros, pero no fue hasta la elección de Chávez que se crearon las "empresas mixtas". Este acuerdo permite la propiedad y las ganancias a empresas privadas de energía. Por ejemplo, Chevron se jacta de ser el mayor productor privado de petróleo de Venezuela. En el estado Zulia tiene participación parcial en las empresas mixtas Petroboscan y Petroindependiente. En el estado Anzoátegui, Chevron es socio privado de otra empresa mixta, Petropiar, que produce crudo pesado y lo refina para convertirlo en petróleo sintético. Chervon también tiene varias operaciones en alta mar y el gobierno también ha invitado a Chevron a participar en una línea ferroviaria para transportar gas natural licuado. Hay otras multinacionales petroleras además de Chevron que también han invertido en "empresas mixtas" para explotar los recursos energéticos de Venezuela.
Para el viejo guerrillero Hernández Parra, las empresas mixtas del gobierno de Chávez implementan "la política petrolera del imperio". Calificó las concesiones otorgadas a empresas mixtas como "la mayor entrega en la historia del país de concesiones de petróleo, gas y carbón" a las empresas transnacionales.
Una maquiladora "socialista"
En mayo de 2009, Chávez anunció que el gobierno establecería una fábrica para producir teléfonos móviles con muchas funciones y vendidos al bajo precio de 15 dólares. "Este teléfono no sólo será el más vendido en Venezuela, sino en el mundo". Los teléfonos móviles son muy populares en Venezuela y son, dice Uzcátegui, un símbolo de estatus en los países del tercer mundo. Los celulares serían producidos por una Vetelca. Vetelca es otra "empresa mixta".
Según el Ministro de Ciencia y Tecnología, Jesse Chacón, la planta de Vetelca "es un modelo de producción socialista con trabajadores 'integrales' que realizan diariamente diferentes trabajos, con el fin de que cada uno conozca los pasos del proceso productivo y las completa función de la planta. Además, participan en la planificación del proceso de producción, lo que muestra claramente la diferencia entre éste y el modelo capitalista."
Para reducir los costos laborales al mínimo, Vetelca siguió el camino de tantas empresas de alta tecnología hacia China. Las piezas se producen en China y se ensamblan en Venezuela. Esta charla sobre "trabajo integral" es simplemente una fachada para la multitarea que es una característica común del modelo Toyota o de "producción ajustada" de producción capitalista. Se trataba simplemente de una operación de montaje, utilizando piezas fabricadas en China. El trabajo en sí no requería una formación prolongada. Como lo expresó Uzcátegui, la planta "es una simple maquiladora que atiende las necesidades de la empresa estatal de telefonía celular".
Se pidió a los trabajadores que hicieran largas horas extras porque Chávez quería tener 10,000 teléfonos listos para el Día de la Madre. Según uno de los trabajadores de la planta, Levy Revilla Toyo, "fue necesario trabajar hasta altas horas de la noche; este trabajo se realizó sin preparación logística, lo que causó consternación entre algunos compañeros por falta de alimento y problemas con el transporte".
La ley sobre condiciones de trabajo aprobada por el gobierno en 2005 permitió la elección de delegados de seguridad y en la fábrica de Vetelca fueron elegidos tres. Sin embargo, el 7 de julio de 2009, Vetelca despidió a ocho trabajadores, incluidos los tres delegados de seguridad que habían sido elegidos en una asamblea de trabajadores. Posteriormente, la dirección de Vetelca pidió a la Guardia Nacional que protegiera la planta de los trabajadores. La empresa despidió a 56 trabajadores que se vieron obligados a firmar cartas de renuncia para obtener su salario final.
De hecho, estos trabajadores fueron despedidos por intentar formar un sindicato en la planta. El gerente de Vetelca dijo a la prensa: "Estas cincuenta y seis personas tenían la intención de crear un sindicato... y con una actitud agresiva, instigadora". El directivo también afirmó que la empresa iba por formar un grupo de "seguridad" "porque en una empresa socialista no cabe la palabra 'sindicato'".
Un sistema de atención médica fragmentado
Uzcátegui califica las iniciativas de Chávez en materia de salud como las más importantes de las "Misiones" establecidas por el gobierno. La idea es tener personal médico viviendo en las comunidades a las que sirven (de ahí el nombre "Barrio Dentro"), crear una red de clínicas populares y brindar centros de diagnóstico de alta calidad. Uzcategui cita un informe de una organización sin fines de lucro que señala una inequidad en la distribución de recursos entre diferentes partes del país con una concentración muy alta de médicos y recursos en el distrito capital (donde se encuentra Caracas).
Según informe de Marino Alvarado, coordinador de la organización de derechos humanos PROVEA:
"Desde que el gobierno propuso Barrio Dentro, PROVEA lo ha apoyado; pero no parece ser un programa adecuado....No nos importa la nacionalidad de los médicos sino que sean donde resida la gente pobre. Sin embargo, Barrio Dentro ha sido manipulado para dedicarse no sólo a la atención de salud sino también al proselitismo político. El gobierno prometió construir miles de módulos de salud en el país, pero ha construido sólo la mitad de ellos... Pero es necesario enfatizar lo positivo en la actuación del gobierno. política de brindar atención médica gratuita... Para nosotros, el problema es la cobertura limitada".
Sin embargo, el programa Barrio Dentro está separado del sistema tradicional de hospitales públicos. Esto ha creado un sistema fragmentado de atención de salud con recursos apilados a favor de los programas iniciados por el gobierno de Chávez. Las personas pueden ir a una clínica local si tienen un hueso roto o fiebre, pero tienen que acudir a hospitales públicos que carecen de fondos y personal suficientes para procedimientos más complejos.
Un trabajador hospitalario entrevistado por Uzcategui es Johan Rivas, quien trabaja en el Hospital Dr. José Ignacio Baldo. Rivas es miembro del Colectivo Socialista Revolucionario. Rivas señala que las Misiones de salud "tienen la misma estructura burocrática que el sistema tradicional, un sistema construido desde arriba hacia abajo donde no hay una verdadera participación de los de abajo... Las comunidades sólo asesoran y los trabajadores no tienen voz".
Rivas cree que la financiación y el énfasis se han desplazado a la creación de un sistema paralelo porque el antiguo sistema de salud "es un refugio para la oposición política; la mayoría de sus administradores están vinculados a los partidos de oposición". Un gran número de trabajadores de los hospitales tienen contratos individuales precarios. Dice Rivas:
"Puedo citar casos de mujeres que fueron discriminadas porque quedaron embarazadas y tuvieron que abandonar sus contratos. Los trabajadores de enfermería que han trabajado tres o cuatro meses reciben su salario con un mes o dos de retraso... La gente espera hasta dos años por un contrato y permanente y recibir presiones…para no participar en tal o cual organización política…..Actualmente hay más de 25,000 trabajadores en el sector salud en Caracas y más de la mitad de ellos son" temporales. Mientras tanto, el gobierno se niega a negociar con los sindicatos de trabajadores de la salud.
Dice Rivas: "Los trabajadores de la salud, en el caso de los trabajadores comunes, han trabajado durante 15 años sin convenio colectivo. Los demás trabajadores han trabajado durante cinco años sin convenio. El gobierno no ha tenido una política para mejorar la calidad de vida. para los trabajadores de la salud." Mientras tanto, los burócratas del gobierno de Chávez asisten a clínicas privadas para recibir atención médica, no al sistema público.
Como resultado de sus críticas al gobierno de Chávez, Johan Rivas y el Colectivo Socialista Revolucionario han sido etiquetados como "contrarrevolucionarios" por los chavistas. Este comportamiento es parte de la dinámica polarizada de "nosotros contra ellos" en la política venezolana. Uzcátegui llama a esta tendencia una "falsa dicotomía" porque desplaza y suprime otros puntos de vista. Pero la capacidad de la gente corriente y de los participantes en los movimientos sociales para debatir libremente y desarrollar su propio camino, desde abajo hacia arriba, es necesaria para la autonomía de los movimientos sociales.
Los movimientos sociales como sujeto revolucionario
Iniciativas estatales de arriba hacia abajo, un movimiento encabezado por un carismático caudillo (líder de arriba hacia abajo u "hombre fuerte"), beneficios otorgados a clientes dependientes, intentos de controlar y cooptar a los sindicatos y otros movimientos sociales, cientos de oficiales militares ocupando puestos en todo el gobierno, represión hacia aquellos que se desvían del camino permitido: estos Algunos elementos sugieren que el Movimiento Bolivariano está siguiendo la tradición del populismo latinoamericano. Por ejemplo, el "nacionalismo revolucionario" del general Lázaro Cárdenas, presidente de México en los años 30, también incluía una retórica "socialista" y "antiimperialista" y una postura ocasionalmente belicosa hacia los Estados Unidos (por ejemplo, la nacionalización de las compañías petroleras). y violación de la Ley de Neutralidad al dar ayuda militar a la República Española. Incluso se entregó un tramo de la red ferroviaria al sindicato de trabajadores para que lo gestionara.
Pero el "nacionalismo revolucionario" de Cárdenas no era una amenaza para el capitalismo mexicano. Por el contrario, los líderes "nacionalistas revolucionarios" mexicanos aplastaron al movimiento obrero revolucionario e independiente de la CGT sindicalista, un servicio significativo a los intereses capitalistas.
Uzcátegui sugiere que un nivel creciente de protestas y manifestaciones en los últimos dos años muestra que los movimientos sociales en Venezuela están comenzando a recuperar su autonomía. El populismo es un peligro para la autonomía de los movimientos sociales, ya que trabaja para incorporar y controlar dichos movimientos a través de las estructuras partidarias y estatales y las relaciones clientelistas. Para Uzcátegui, la autonomía es esencial para los movimientos sociales si quieren ser la base de una transformación liberadora de la sociedad. Podemos pensar en la autonomía como independencia de los partidos, el Estado y las formas de control de arriba hacia abajo, y también como la capacidad de planificar y decidir su propio curso de acción a través de la autogestión de los movimientos por parte de sus participantes. Uzcátegui considera que la autonomía es necesaria para que los movimientos desarrollen la "combatividad" necesaria para desafiar el orden existente y presionar por cambios.
Sin embargo, rechaza la perspectiva de la lucha de clases porque de algún modo ya no es válida para la lucha anticapitalista y la sustituye por la vaga idea de "multitud" (extraída de la teoría de Hardt y Negri). Imperio – como su concepción del sujeto revolucionario. Si reconocemos la diversidad de los diversos movimientos sociales y formas de opresión, entonces surge la cuestión de cómo pueden unirse y formar una fuerza unificada para desafiar a los poderes fácticos. Una debilidad de la perspectiva de Uzcátegui es que nunca aborda este tema. Uzcátegui no considera que la idea de las diversas opresiones y movimientos todavía esté dentro del ámbito de la clase trabajadora y, por lo tanto, sea capaz de formar una alianza de clase trabajadora.
El carácter dual de la autogestión
En su interpretación del "proceso revolucionario" bolivariano, Marta Harnecker presenta un concepto de transición al socialismo autogestionario en el que el "Estado heredado" burocrático coexiste durante mucho tiempo con lo que ella describe como un "nuevo Estado". "Nuevo Estado" es su término para el surgimiento del nuevo sistema de consejos vecinales y consejos de trabajadores que serían la base del control de las masas sobre el trabajo, sus comunidades y la sociedad. Ella escribe:
"El hecho de que las instituciones estatales estén dirigidas por cuadros revolucionarios, que son conscientes de que deben aspirar a trabajar con sectores organizados del pueblo para controlar lo que hacen las instituciones y presionar para la transformación del aparato estatal, puede hacer posible... que estos instituciones para trabajar por el proyecto revolucionario”.
Esta es en realidad la vieja idea de que de alguna manera la liberación de los oprimidos y explotados puede lograrse desde arriba mediante líderes ilustrados que controlen el Estado. Lo que vemos en el caso del Movimiento Bolivariano, por otro lado, es cómo estos "cuadros revolucionarios" que controlan el Estado trabajan para cooptar y controlar los movimientos sociales.
Una sociedad socialista autogestionada no es probable si no es una conquista ganada por organizaciones de masas autogestionadas de los oprimidos y explotados. Así, la autogestión tiene un carácter dual: autogestión de las luchas por el cambio y autogestión de los logros obtenidos mediante la lucha.
A través de la autogestión de las luchas dentro de la sociedad capitalista, contra los empleadores y en otras áreas de opresión, la gente cambia y adquiere diversas capacidades... mayor compromiso y habilidades de organización, mayor conocimiento del sistema y de otros grupos en lucha y sus problemas. La autogestión de los movimientos en sí se desarrolla a través de la lucha porque la gente aprende la importancia de controlar sus propios movimientos. Se necesitan movimientos de masas organizados y autogestionados si los oprimidos y explotados quieren desarrollar vehículos a través de los cuales puedan controlar –autogestionar– el proceso de cambio y la construcción de nuevas instituciones a través de las cuales obtengan poder. Por ejemplo, es poco probable que el control obrero real sobre el proceso de producción se produzca excepto a través de un movimiento obrero que haya desarrollado la aspiración de tener más poder y capacidad para dirigir su propio movimiento.
Uzcátegui cita con aprobación un conocido pasaje de John Holloway:
"Si nos rebelamos contra el capitalismo no es porque queramos un sistema de poder diferente, sino porque queremos una sociedad donde las relaciones de poder hayan desaparecido. No se puede construir una sociedad sin relaciones de poder mediante la conquista del poder. Una vez que se adopta la lógica del poder, la lucha contra el poder ya está perdida."
Pero este punto de vista "antipoder" es una forma muy equivocada de ver el proceso de liberación social. La liberación de la dominación y explotación capitalistas no puede ocurrir si los trabajadores no obtienen el poder de controlar las industrias en las que trabajan. La liberación del Estado y de diversas formas de opresión también requiere reorganizar el poder de toma de decisiones para que los oprimidos obtengan el poder de tomar las decisiones que les afectan. No se trata de la eliminación de las "relaciones de poder" sino de un cambio en la forma en que se organiza el poder. La liberación requiere un sistema de auténtico poder popular.
(1) María Pilar García-Guadilla "El poder popular y la democracia participativa en Venezuela: Los consejos comunales" http://www.nodo50.or/ellibertario/PDF/consejoscomunales.pdf
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