ACTUALIZACIÓN a continuación: agregado el 13 de marzo de 2013
Hace más de dos años, en enero de 2011, Amnistía EE.UU. me dijo estaban “investigando” si Bradley Manning calificaba como “preso de conciencia”. Me dijeron que no estaban seguros de sus motivaciones y que tendrían que mirar su contrato de trabajo. Entonces quedé consternado al ver que el consejo editorial del LA Times, que difícilmente era un grupo revolucionario, salió con una fuerte denuncia de la bárbara detención preventiva de Manning antes de que Amnistía hubiera hecho alguna declaración pública en su defensa.
Las integrantes de la banda Pussy Riot en Rusia fueron encarceladas el 21 de febrero de 2012. Menos de dos meses después, Amnistía declaró considerarlos “presos de conciencia” (POC).
La vertiginosa rapidez con la que Amnistía los declaró prisioneros de conciencia me impulsó a renovar mis investigaciones sobre Manning. Casi todos mis correos electrónicos quedaron sin respuesta excepto uno en el que no se dio ninguna explicación aunque se “esperaba” que alguien de su “equipo de investigación” me respondiera pronto.
Hoy, finalmente una empleada de Amnistía EE.UU. me dijo (después de consultar con su “experto” en el caso) que todavía no han nombrado a Manning preso de conciencia (POC), pero que Amnistía “todavía está investigando” si califica. Añadió que Amnistía aún no está segura de dos criterios que deben cumplirse.
- Que Manning divulgó información de “manera responsable”
- Que el gobierno lo ha estado castigando para evitar que el público conozca los abusos contra los derechos humanos.
Dada la gravedad de los crímenes expuestos por las acciones de Manning, en realidad es difícil imaginar una forma moralmente irresponsable de divulgar la información. Pero el hecho es que Wikileaks tomó medidas significativas para evitar una divulgación indiscriminada de información, hasta el punto de asociarse con medios corporativos irremediablemente comprometidos por una relación acogedora con criminales de guerra. No hacen falta años de investigación para saber que Manning entregó información a una organización que no volcaba información indiscriminadamente al dominio público.
La segunda duda de Amnistía sobre negarle a Manning el estatus de POC es aún más ridícula. Amnistía se enfrentaría a un intenso ridículo, y con razón, si afirmara que el trato igualmente bárbaro dispensado a los denunciantes en un país considerado rival o enemigo de Occidente no fue un intento de impedir el conocimiento público de crímenes graves.
Éste está lejos de ser el primer ejemplo de la deferencia de Amnistía hacia las potencias occidentales. En este intercambioAmnistía intentó racionalizar un doble rasero según el cual armar a los rebeldes sirios era aceptable, pero no a los palestinos que resistían la ocupación de Israel.
Amnistía ha realizado, y sospecho que seguirá realizando, una labor que las personas genuinamente preocupadas por los derechos humanos consideran extremadamente útil e importante. Ésa no es razón para dejar de exigirles responsabilidades por deficiencias muy graves. No hacerlo sólo contribuirá a empeorar esas deficiencias.
ACTUALIZACIÓN – 13 de marzo
Daniel Ellsberg derriba aún más la primera excusa de Amnistía para no nombrar a Manning como POC: la supuesta incertidumbre de Amnistía sobre si Manning divulgaría información de una “manera responsable”:
“Manning estaba trabajando dentro de un 'SCIF', que significa Instalación de Información Compartimentada Sensible. Para ingresar a un SCIF, un soldado necesita una autorización superior a la de alto secreto. Esto significa que tuvo acceso al material más clasificado, como comunicaciones e inteligencia de señales. Esto significa que podría haber publicado información de alto secreto o superior, y deliberadamente decidió no hacerlo”.
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