Fuente: Altnet
En Estados Unidos, algunos de los líderes del presidente ruso Vladimir Putin idiotas útiles la extrema derecha se ha hecho eco el tema de conversación del Kremlin que Putin tenía preocupaciones legítimas de seguridad cuando ordenó a las tropas rusas invadir Ucrania; que si Ucrania finalmente se uniera a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), la seguridad de Rusia se vería amenazada. Pero según el desarrollador de software y técnico Yevgeny Simkin, un crítico ruso de Putin que ahora vive en Canadá, el miedo de Putin a Ucrania y al presidente Volodymyr Zelensky va mucho más allá de la OTAN.
Simkin, en un artículo publicado por El Baluarte del 15 de marzo, explica: “La preocupación declarada por Vladimir Putin sobre la OTAN es obviamente un pretexto, mientras que su admisión de que ve a Ucrania como parte de Rusia y tiene el deseo de reunir a todos los estados ex soviéticos es completamente honesta. Esto está claro para casi todo el mundo, o al menos para todos fuera de Rusia”.
Según Simkin, que nació en la ex Unión Soviética, Putin teme que si la democracia liberal es un éxito en Ucrania, es posible que cada vez más personas en Rusia la quieran también.
“El control que Putin ejerce sobre el gobierno ruso es firme, pero su control sobre la población rusa es algo tenue”, observa Simkin. “Ha habido oleadas de protestas a lo largo de los años y los rusos no están obteniendo la vida que creen que merecen o que les prometieron. Putin ha estado presionando cada vez más a los medios de comunicación en torno a sus afirmaciones de agresión occidental, pero la popularidad de figuras como Aleksei Navalny demuestra que Putin no está lejos de que el pueblo ruso se vuelva contra él”.
Putin se siente amenazado por Zelensky y la democracia ucraniana, según Simkin, porque no es un títere del Kremlin. Durante muchos años, escribe Simkin, Rusia y Ucrania “tuvieron un hombre fuerte tras otro robando a ciegas a la nación y subyugando al pueblo”. Pero eso fue antes de que “los jóvenes de Ucrania tuvieran suficiente” y “lograran derrocar al títere de Putin y elegir a alguien con los ojos puestos directamente en Occidente”.
“Si los ucranianos pueden convertir su nación en un Estado próspero, liberal y capitalista”, observa Simkin, “entonces la culpa de que Rusia no sea capaz de hacer lo mismo recae directamente en los pies de Putin. Todo lo cual me lleva a creer que Putin no calculó mal sobre Ucrania. Quizás no juzgó adecuadamente la fuerza relativa de las fuerzas armadas ni tuvo un buen plan de ataque. Pero sobre la cuestión básica: ¿subyugar o no subyugar? Aquí Putin no tuvo otra opción. Tuvo que retractarse porque Ucrania estaba dando grandes pasos para convertirse en una historia de éxito democrático”.
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