"La situación interna se intensificará en los próximos meses, surgirán más contradicciones, simplemente porque no tenemos planes de frenar el avance de la revolución", dijo el presidente venezolano Hugo Chávez el 24 de marzo, dirigiéndose a más de 2000 promotores de la nueva Partido socialista que se construye en Venezuela. "Estas contradicciones", dijo, "se intensificarían, porque estamos ante la cuestión económica, y no hay nada que duela más a un capitalista que su bolsillo, pero tenemos que entrar en esta cuestión, no podemos evitarlo".
El 28 de julio, mientras asistía a una reunión de su batallón local del provisionalmente denominado Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Chávez reiteró este punto: “Estamos en presencia de uno de los momentos más importantes [de esta revolución], como durante el golpe [en abril de 2002]”. Chávez explicó que esto se debía a que, además de enemigos abiertos de la revolución, también había “serpientes” que trabajaban para socavar la revolución desde dentro, algo que el nuevo partido pretendía combatir.
Desde que Chávez fue reelegido sobre una plataforma explícitamente socialista el 3 de diciembre, la revolución bolivariana –como se conoce el proceso de transformación de Venezuela en beneficio de la mayoría pobre– ha pasado a la ofensiva. El primer semestre de este año ha visto al gobierno revolucionario avanzar en su plan para nacionalizar industrias estratégicas y promover la “explosión” del poder popular –principalmente a través de los consejos comunales, además de llamar a la creación de organizaciones obreras, estudiantiles y campesinas. concejos. La iniciativa más reciente son las reformas constitucionales propuestas por Chávez destinadas a consagrar el poder popular y crear un marco legal para la creación de un "nuevo socialismo del siglo XXI".
Estas medidas han intensificado la lucha de clases y Chávez ha llamado a la construcción del PSUV para permitir a los militantes revolucionarios unificar sus esfuerzos. En respuesta, casi 5.7 millones de personas se han registrado para convertirse en miembros.
Unidad desde abajo
Aunque el anuncio público de Chávez sobre los planes para el nuevo partido se produjo el 15 de diciembre durante un discurso ante activistas que trabajaron en su campaña electoral, hizo numerosas referencias a la necesidad de un nuevo partido durante la campaña. Varios meses antes, Chávez había convocado una reunión a puerta cerrada para reunir a los líderes de los distintos partidos pro Chávez y a personas clave para explicar su propuesta de formar un nuevo partido después de las elecciones.
Chávez, en su discurso del 15 de diciembre, propuso que todas las corrientes de izquierda se unieran para formar "un instrumento político que se ponga al servicio del pueblo... al servicio del socialismo". Como parte de este proceso, Chávez ha llamado continuamente a los otros partidos pro Chávez a disolverse, siguiendo el ejemplo de su propio partido, el Movimiento por la Quinta República (MVR), para ayudar a facilitar la construcción de un nuevo partido unido, argumentando que la revolución no necesita “una sopa de letras… Necesitamos un instrumento político que una voluntades y que no se desgaste en peleas intestinales”.
Mientras que la mayoría de los partidos más pequeños han seguido al MVR, el Partido Patria para Todos (PPT), Podemos y el Partido Comunista Venezolano (PCV) –que, después del MVR, reciben el mayor apoyo electoral en el campo pro Chávez– han seguido al MVR. Hasta el momento se negó a disolverse, aunque muchos militantes de estos partidos los han abandonado para participar en el PSUV.
Chávez argumentó que el nuevo partido debería aprovechar la organización existente de los cientos de miles de venezolanos en grupos de base que llevaron a cabo la inmensa movilización que llevó a Chávez a ser reelegido con el mayor número de votos en la historia de Venezuela. “En este nuevo partido las bases elegirán a los líderes. Esto permitirá el surgimiento de verdaderos líderes”.
Añadió que “un nuevo partido necesita caras nuevas”. Insistió en que el nuevo partido no puede ser simplemente una “unión de lo que ya existe”, ya que “eso sería engañar al pueblo”.
En un discurso del 19 de abril, Chávez explicó la relación que debe existir entre el partido y las “multitudes”. El partido tenía el papel de desarrollar la conciencia entre las capas más amplias, mientras que al mismo tiempo “de las multitudes emergen los cuadros, los líderes”.
Reformismo y dogmatismo
Chávez argumentó que era necesario combatir dos corrientes dentro de la revolución que socavarían la creación de un partido revolucionario de masas. Uno fue el reformismo, al que llamó en su discurso del 28 de marzo “el asesino silencioso”, que pretende frenar el proceso. Chávez ha señalado repetidamente a Podemos, que se define a sí mismo como socialdemócrata, como representante de esta corriente. Los líderes de Podemos han defendido posiciones cada vez más derechistas, haciéndose eco de algunas de las opiniones de la oposición respaldada por Estados Unidos.
La segunda corriente es el dogmatismo. Chávez argumentó que el PSUV no era “un proyecto marxista-leninista”. Afirmó que “si Karl Marx y Vladimir Ilich Lenin estuvieran vivos hoy” y estudiaran el mundo moderno, “estoy seguro de que no presentarían una tesis radicalmente diferente, pero sí una serie de diferencias con respecto a la tesis que desarrollaron…” Chávez señaló lo que, según él, eran errores dogmáticos cometidos por los partidos comunistas latinoamericanos, incluido el PCV, tanto a lo largo de su historia como en el período actual.
En su discurso del 15 de diciembre, Chávez enfatizó que el nuevo partido no sería estalinista, señalando que después de la muerte prematura de Lenin, el partido bolchevique, que había liderado la Revolución Rusa en 1917, cayó presa de una “desviación estalinista”, creando una régimen elitista que nunca podría crear el socialismo.
Sin embargo, Chávez también argumentó: “Sabemos que una de las propuestas de Karl Marx fue precisamente la de la dictadura del proletariado; pero eso no es viable para Venezuela en estos tiempos”.
En cambio, Chávez afirmó: “¡Nosotros aquí vamos a construir un socialismo venezolano, el modelo socialista venezolano original y un instrumento político que nos ayude a conquistar ese objetivo!”
socialismo bolivariano
Según el documento que el equipo de promotores nacionales distribuyó a los batallones formados para construir el PSUV, el “punto de unidad” de las distintas corrientes del “pensamiento revolucionario y socialista” dentro del PSUV sería la ideología del bolivarianismo –que toma su nombre de Simón Bolívar, quien liberó gran parte de América del Sur del dominio español en el siglo XIX. Esta ideología es descrita como la suma de “el más famoso esfuerzo de emancipación nacional y social de nuestro pasado, el más genuino internacionalismo latinoamericano”, y como “el motor de la revolución socialista que se desarrolla en Venezuela”.
El documento sostiene que la declaración de principios del nuevo partido, que será producto de una amplia discusión, representaría “la síntesis y superación de todas las fuerzas revolucionarias de Venezuela”, abarcando aquellas que pertenecen a “las clases explotadas y oprimidas, junto a todos los hombres y mujeres que abrazan el ideal bolivariano”.
El documento sostiene que “el capitalismo en su fase imperialista ha llegado a sus límites” y afirma que el capitalismo sólo puede seguir ampliando la brecha entre ricos y pobres –dentro de los países y entre ellos– y amenaza al planeta con la extinción.
“La conclusión es clara”, dice el documento, “para acabar con la pobreza es necesario dar poder a los pobres y construir el socialismo; para poner fin a la guerra, es necesario acabar con el imperialismo”. Ésta es la tarea que se ha propuesto la revolución venezolana, “colocándose a la vanguardia de esta lucha” en todo el mundo.
El segundo documento para discusión aborda la cuestión de qué programa debería tener el nuevo partido. Señala que si bien no existe un programa político único “para todos los tiempos y todos los lugares”, el PSUV debe tener como objetivo claro la construcción de “un gobierno basado en consejos de poder popular, donde los trabajadores, campesinos, estudiantes y masas populares son los protagonistas directos del poder político”.
Propone avanzar hacia “una economía democráticamente planificada y centralizada, capaz de poner fin a la alienación del trabajo y satisfacer todas las necesidades del pueblo”, que debería “planificar la producción y la satisfacción de las necesidades colectivas en armonía con las exigencias del ecosistema”.
El documento de principios afirma que “así como es indiscutible que la propiedad privada sobre los medios de producción, en cualquier sociedad, determina las relaciones laborales, las relaciones humanas y todos los aspectos de la vida”, en la transición más allá del capitalismo es necesario “garantizar la participación consciente de las mayorías, y la eficiencia necesaria para cumplir con todas las exigencias de la vida nacional…”
El documento sostiene que central en la estrategia revolucionaria del partido debe ser “la alianza del pueblo con las Fuerzas Armadas, así como la de los trabajadores con las clases medias del campo y la ciudad (pequeños y medianos campesinos, pequeños industriales burgueses y urbanos y comercio rural)”.
Su método de lucha debe basarse en “el mayor número posible de hombres y mujeres [involucrarse] en la resolución de todos los problemas” a través de los consejos comunales, las reservas militares, y “en el área específica de los trabajadores industriales… a través de los trabajadores”. 'control y autogestión”.
Internacionalista
Según el documento, la actual situación mundial crea, y hace necesaria, la formación de “un bloque antiimperialista internacional a gran escala” integrado por gobiernos, movimientos sociales y partidos “para unir en acción a cientos de millones de personas en todo el mundo contra el imperialismo y sus guerras”.
Además, la actual ola de rebelión en América Latina abre posibilidades de “transformación cualitativa”, en la lucha por la liberación que libran “decenas de millones de explotados y oprimidos”. Por ello, el documento señala que a nivel internacional el PSUV debe trabajar por la construcción de “un bloque antiimperialista mundial” y una “convergencia socialista y revolucionaria de los pueblos de América Latina y el Caribe”, consciente de su papel como “vanguardia en una era de Inmensos desafíos y grandes victorias: el capitalismo es internacional; la revolución es internacional; internacional debe ser el pensamiento y las acciones que llevamos a cabo”.
Hablando el 26 de agosto, Chávez destacó el carácter internacionalista del PSUV y llamó a una nueva “internacional” de partidos de izquierda, diciendo que “2008 podría ser un buen momento para convocar una reunión de partidos de izquierda en América Latina para organizar una nueva internacionalidad”. , una organización de partidos y movimientos de izquierda en América Latina y el Caribe”.
Chávez concluyó: “Hay un resurgimiento de la conciencia del pueblo y hay que seguir construyendo los movimientos y dirigentes de una nueva izquierda, de un nuevo proyecto”.
De: Noticias internacionales, Green Left Weekly, número 723 del 5 de septiembre de 2007.
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