Cada día 20 personas mueren en Colombia y 1,000 son desplazadas. Aquí y allá usaré algunos ejemplos. El 19 de enero de 2002 más de 200 paramilitares ingresaron a los pueblos de Florida, Miranda y Corinto; masacraron a 15 personas, varias desaparecieron y muchas fueron desplazadas; algunos niños y adultos fueron torturados.
Charrito fue desaparecido en los primeros días de febrero. Era un campesino trabajador, humilde e inofensivo. Tenía una cita con el médico en el pueblo y de camino al hospital dejó una pequeña bolsa con sus cosas a un vecino, prometiendo recogerla cuando regresara del hospital. Nunca regresó y no se le ha vuelto a ver desde entonces². Esta es una descripción de una de nuestras comunidades hermanas en Colombia.
Desde el mes de mayo la localidad de Medellín del Ariari ha vivido asesinatos, amenazas, robos, ametrallamientos, bombardeos y desplazamientos por parte de “civiles armados” que participan en la estrategia paramilitar. El Batallón Vargas del ejército colombiano vino después y se instaló en un lugar a sólo unos minutos de los campamentos de los “civiles armados”, pero en el pueblo nunca se escuchó combates ni acciones militares en su contra.
En Arauca, la primera semana de junio, a orillas del río Cumaral, fueron encontrados tres cadáveres con signos de tortura, disparos de arma de fuego y uno decapitado.
En julio pasado, José Alirio González, un campesino residente de la Comunidad de Paz de San José de Apartadó, decidió ir al pueblo a vender una bolsa de limones. Agentes militares vestidos de civil lo sacaron del autobús local y lo decapitaron con un machete. El 28 de julio entre las 7:15 y las 7:30 pm en medio de una fuerte lluvia, miembros de la misma comunidad escucharon un disparo. A la mañana siguiente fue encontrado el cuerpo sin vida de Jorge Eliecer Atehortua.
En un correo electrónico de otra comunidad hermana leemos: “Mataron a un abogado en mi pueblo y como yo también estoy amenazada, unos amigos me refugiaron en una ambulancia el sábado pasado y salí de mi pueblo”.
El 3 de septiembre a las 7 am Oswaldo Moreno fue asesinado cuando salía de su casa, por 4 hombres vestidos de civil que se desplazaban en motocicletas en la ciudad de Ibagué. Una vecina salió de su casa cuando escuchó el ruido y fue asesinada a tiros en el instante. Oswaldo Moreno era un líder de derechos humanos de sólo 28 años. Es doloroso ver el silencio y la soledad que acompañan esta tragedia. ¿Será que porque esta guerra beneficia a corporaciones estadounidenses como Drummond, Occidental, Coca Cola, Dole, por nombrar sólo algunas, lo que pase allí no es importante? ¿O tal vez es porque no hay urgencia de enviar tropas estadounidenses por ahora, que esta guerra es buena ya que se hace a través del ejército colombiano y sus paramilitares actuando como un ejército proxy?
La verdad sobre la guerra colombiana es que la ubicación geoestratégica de Colombia es sumamente importante para el desarrollo del Tratado de Libre Comercio de las Américas (ALCA) y los planes de globalización. Sólo poniendo fin a esta guerra, a cualquier precio, podrán realmente implementarse. En este momento, la guerra colombiana se libra con mercenarios estadounidenses, pero si se vuelve difícil, se enviarán tropas estadounidenses para proteger los intereses estadounidenses. No importa cómo llamemos a esta guerra mientras sea olvidada. Mientras tanto, los 20 muertos de hoy y los mil desplazados, os deseamos buenas noches.
*Cofundador y Director de Programa de la Red de Apoyo a Colombia [email protected]
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