“Racismo, xenofobia y discriminación son determinantes fundamentales de la salud a nivel mundial”.
Esa es la conclusión de un serie de trabajos de investigación publicado el viernes en la eminente revista médica británica The Lancet examinando cómo “los sistemas y estructuras históricos de poder, opresión e ideologías discriminatorias han dado forma a las políticas y prácticas actuales”.
Los estudios muestran que la discriminación racial “conduce a peores resultados de salud y calidad de la atención” al tiempo que converge “con sistemas de opresión, incluidos aquellos basados en la edad, el género y el estatus socioeconómico, para exacerbar o mitigar las experiencias de discriminación”.
Según la investigación:
En un estudio de más de dos millones de embarazos en 20 países de ingresos altos y medios, la muerte neonatal, la muerte fetal y el parto prematuro fueron más probables entre los bebés nacidos de mujeres negras, hispanas y del sur de Asia.
Otro muestra cómo el robo de tierras y la destrucción de las prácticas tradicionales de los indígenas brasileños se asocian con resultados cardiometabólicos adversos. Entre las personas diagnosticadas con tumores cerebrales en los EE. UU., los pacientes negros tenían más probabilidades de tener recomendaciones contra la resección quirúrgica, independientemente de los factores clínicos, demográficos y socioeconómicos, lo que sugiere un sesgo en la toma de decisiones clínicas.
En Australia, la discriminación cotidiana contribuye a la mitad de la carga de angustia psicológica que sufren los pueblos aborígenes e isleños del Estrecho de Torres. La conclusión lógica es que el racismo y la discriminación deben ser preocupaciones centrales (para los profesionales, los investigadores y las instituciones) para promover la equidad en salud.
“El problema central es una desigualdad de poder, históricamente arraigada pero que aún persiste hoy”. The Lancet afirma. "Da forma a entornos y oportunidades".
Para combatir el racismo en la salud pública, los estudios recomiendan:
- Incrementar la seguridad cultural y la diversidad en el personal sanitario;
- Trabajar con las comunidades afectadas para lograr sistemas de salud que sean más flexibles, accesibles y acogedores; y
- Fortalecimiento de la autodeterminación indígena y los derechos a la tierra.
"El racismo y la xenofobia existen en todas las sociedades modernas y tienen efectos profundos en la salud de las personas desfavorecidas", dijo el investigador del University College de Londres, Delan Devakumar, autor principal de los artículos. les dijo a El guardián.
“Hasta que el racismo y la xenofobia sean universalmente reconocidos como importantes factores determinantes de la salud”, añadió Devakumar, “las causas fundamentales de la discriminación permanecerán en la sombra y seguirán provocando y exacerbando inequidades en salud”.
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