Solo estuve en México por varios días. Fui a hablar en una celebración de la victoria de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), el presidente electo. La reunión se llevó a cabo en la UNAM, la universidad nacional de México.
La reunión tuvo como objetivo estimular una reflexión crítica y abierta sobre hacia dónde se dirige México a continuación. No todos los aficionados tienen la misma visión del futuro.
Asistieron muchos miembros del gabinete de AMLO. Pero los ministros se limitaron a presidir las sesiones en lugar de presentar ponencias. Era como si no quisieran que se les cuestionara públicamente sus opiniones.
En privado, muchas personas etiquetaron a los ministros como de izquierda o de derecha. El propio AMLO siempre había evitado estas etiquetas, insistiendo en que encabezó una rebelión nacional contra la corrupción y la represión del antiguo partido dominante conocido en su último nombre como PRI y su partido aliado aún más derechista conocido como PAN.
Los juicios sobre la trayectoria futura de AMLO varían considerablemente. Algunos en la izquierda lo atacan violentamente, argumentando que siempre ha terminado en posiciones de derecha. Otros en la izquierda insistieron en que ya había cumplido una promesa importante: retirarse del proyecto de construcción de un nuevo aeropuerto en la Ciudad de México, propenso a la corrupción y tecnológicamente tonto, que drena dinero y es propenso a la corrupción. Este último grupo dijo que a AMLO se le debería dar la oportunidad de demostrar sus credenciales de izquierda.
La política exterior de México es la mayor cuestión abierta. Hasta ahora, AMLO parece promover una política principalmente nacionalista en lugar de una política abiertamente antiimperialista.
Hay dos ámbitos en los que México tendrá que tomar decisiones básicas. Uno es América Latina y el Caribe. El otro es el TLCAN.
La izquierda en América Latina en general ha visto la victoria de AMLO como una renovada insurgencia de la izquierda después de una década de contrarrevolución. ¿Permitirá AMLO que México desempeñe su papel en el esfuerzo por crear instituciones latinoamericanas que excluyan a Estados Unidos y Canadá? Esto parece muy incierto en este momento.
El segundo escenario es el TLCAN, donde Trump está intimidando a los socios para que firmen un acuerdo con Estados Unidos que sólo beneficie a Estados Unidos. El presidente saliente de México firmó precisamente un acuerdo de este tipo. ¿Cómo manejará AMLO este sorteo? Puede que no permita que se ratifique el acuerdo. ¿Pero es esto suficiente?
México estuvo gobernado durante más de cincuenta años por un corrupto partido de derecha cuyo nombre más conocido era Partido Revolucionario Institucional (PRI). AMLO ha acabado con el monopolio del PRI. ¿Pero reemplazará al PRI con algo fundamentalmente diferente?
Un analista de izquierda me explicó que el PRI no era un partido sino una cultura. Lo que la izquierda debe hacer, dijo, es crear una cultura alternativa, en México y, de hecho, en todas partes. ¿Está la izquierda mexicana en el proceso de hacer esto?
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