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Al igual que Allende, Morales se enfrenta a una poderosa elite económica y política alineada con el
Los autoproclamados Comités Cívicos en Media Luna–
Los esfuerzos de Morales para transformar las instituciones del país se han centrado en la Asamblea Constituyente elegida popularmente para redactar una nueva constitución. La asamblea fue convocada a mediados de 2006 y los representantes del partido político de Morales, el Movimiento Al Socialismo (MAS), ocupaban el 54 por ciento de los escaños. En la redacción de la nueva constitución, los partidos políticos de derecha, liderados por Podemos (Podemos), insistieron en que se necesitaban dos tercios de los votos incluso para que las comisiones de trabajo aprobaran las diferentes secciones de la constitución. Cuando fueron revocadas y una nueva constitución estaba a punto de ser aprobada en noviembre de 2007, miembros de la asamblea, incluida su presidenta indígena, Silvia Lazarte, fueron agredidos en las calles de
Utilizando palabras que evocaban la última resistencia de Allende en el palacio presidencial chileno, Evo Morales declaró "vivo o muerto, tendré una nueva constitución para el país". Alojó a la asamblea en un antiguo castillo bajo protección militar, donde adoptó una constitución que debe ser aprobada en un referéndum nacional. Al calificar a Morales de "dictador", los comités cívicos y los prefectos departamentales (gobernadores) de Media Luna lograron detener la votación del referéndum y, en su lugar, organizaron referendos departamentales para la autonomía en mayo de este año, que fueron declarados inconstitucionales por la Junta Electoral Nacional. Concejo.
Recurriendo a la democracia en lugar de la fuerza, y buscando un consenso nacional, Morales luego postergó la votación sobre la nueva constitución y, en cambio, puso su presidencia en juego en un referéndum revocatorio en el que su mandato, así como el de los prefectos de los departamentos podrían ser revocados. El 10 de agosto, los votantes acudieron a las urnas y Morales obtuvo un contundente 67 por ciento de los votos, recibiendo la mayoría de los sufragios en 95 de los 112 distritos del país, e incluso el departamento de Media Luna de Pando votó a su favor.
Sin embargo, los prefectos insurgentes también vieron renovados sus mandatos. A partir de los plebiscitos departamentales ilegales celebrados en mayo, actuaron para tomar el control de
Simultáneamente, la derecha –encabezada por el Comité Cívico de Santa Cruz– comenzó a sembrar la inestabilidad económica, buscando desestabilizar al gobierno de Morales, de manera muy similar a como lo hizo la oposición respaldada por la CIA en
Los movimientos sociales aliados al gobierno se han movilizado contra esta ofensiva derechista. En la Media Luna, una coalición sindical de pueblos indígenas y campesinos hizo campaña contra el voto en los referendos de autonomía y se ha enfrentado a las bandas de la UJC que intentan intimidar y aterrorizar a la gente. En la sierra andina, los movimientos sociales descendieron sobre la capital
La semana pasada los Comités Cívicos intensificaron sus esfuerzos para tomar el control de los departamentos de Media Luna. En Santa Cruz, el 8 de septiembre, multitudes de jóvenes liderados por la UJC tomaron oficinas gubernamentales, incluida la oficina de reforma agraria, la oficina de impuestos, los estudios de televisión estatal, la compañía telefónica nacionalizada Entel, y prendieron fuego a las oficinas de una organización no gubernamental. organización de derechos humanos que promueve los derechos indígenas y brinda asesoría legal. La policía militar, que había sido enviada para proteger muchas de estas oficinas, se vio obligada a retirarse, sufriendo en ocasiones golpes sangrientos a los que se les prohibió responder debido a órdenes permanentes de La Paz de no usar sus armas. El comandante general de la policía militar, mientras denunciaba airadamente a los manifestantes violentos, dijo que los militares no podrían tomar ninguna medida a menos que Evo Morales firmara un título que autorizara el uso de armas de fuego.
Lo que en realidad estaba ocurriendo era una lucha entre Morales y los militares sobre quién asumiría la responsabilidad final por los combates y las muertes que se producirían con una intervención militar en Media Luna. Las fuerzas armadas no apoyan la rebelión autonómica porque amenaza la integridad geográfica de la nación boliviana. Sin embargo, se muestran reacios a intervenir porque en gobiernos anteriores, cuando dispararon y mataron a manifestantes en las calles de
El 10 de septiembre, mientras la violencia se intensificaba en toda la Media Luna, Evo Morales expulsó
El 11 de septiembre, 35º aniversario del golpe contra Allende, fue el día más sangriento en la escalada del conflicto. En el departamento de Pando, Media Luna, una banda paramilitar atacó con ametralladoras la comunidad indígena de El Porvenir, cerca de la capital departamental de El Cobija, provocando la muerte de al menos 28 personas. En otra acción fueron secuestrados tres policías. Los Ponchos Rojos, una milicia oficial de reserva de indios leales a Evo Morales, movilizó sus fuerzas para ayudar a las comunidades indígenas a organizar su autodefensa.
Al día siguiente, Morales declaró el estado de sitio en Pando y envió al ejército a avanzar hacia Cobija y retomar su aeropuerto que había sido ocupado por fuerzas de derecha. También se envían unidades del Ejército para resguardar los oleoductos de gas natural, uno de los cuales había sido incautado por la UJC, cortando el flujo de gas hacia los vecinos.
Después de continuos combates con al menos tres muertos, el ejército tomó el control del aeropuerto y avanzó hacia la ciudad. Se dictó orden de aprehensión contra el prefecto de Pando por negarse a reconocer el estado de sitio y por ser responsable de la masacre de El Porvenir. En
Evo Morales se niega a dar marcha atrás y declara en una reunión con líderes sindicales que lo apoyan: "lanzaremos una campaña para aprobar la nueva constitución". Sin embargo, indicó que podría modificar el borrador para dar cabida a algunas de las demandas de autonomía de los prefectos. Al igual que Allende, Morales continúa buscando una solución democrática a la crisis de su país. Por el momento, cuenta con el respaldo de las fuerzas armadas bolivianas junto con un apoyo popular abrumador, evitando así el destino final del presidente chileno.
Roger Burbach es Director del Centro para el Estudio de las Américas (CENSA) con sede en Berkeley, CA. Ha escrito extensamente sobre
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