El jueves 22 de enero, último día de campaña para la nueva constitución antes de que el documento se someta a votación el domingo 25 de enero, representantes de
Todas las marchas de las semanas anteriores por la constitución parecieron reunirse en la plaza, junto con una culminación de fuegos artificiales, vítores y música. En un escenario central, los actos alternaron discursos de representantes de los distintos movimientos sociales presentes y actuaciones musicales de agrupaciones de todo el país, incluyendo danzas afrobolivianas y hip-hop político de
La presencia de grupos tan diversos subrayó la importancia de la participación de los movimientos sociales bolivianos en el proceso de cambio llevado a cabo en colaboración con el gobierno. Como dijo a TeleSUR Sacha Llorenti, Viceministro de Coordinación de los Movimientos Sociales de Bolivia, "Las transformaciones estructurales que atraviesa el país no se pueden entender sin reconocer [el papel de] los movimientos sociales, las organizaciones populares de este país".
La plaza estaba repleta. La gente bailaba en las calles, bandas tocaban por la zona, tanto dentro como fuera del escenario, tocando tambores y tocando flautas. Así como convergieron las multitudes y las marchas de toda la ciudad, también lo hizo la literatura de campaña (panfletos, periódicos, calendarios, carteles); todo se pasó, incluso se arrojó al aire como confeti. Aunque las banderas bolivianas estaban colgadas alrededor de la plaza, la mayoría de las banderas eran a cuadros del arcoíris. Wiphalas de la mayoría indígena de Bolivia. Se vendía cerveza en la acera, un recordatorio de que éste era el último día legal para beber alcohol antes de la votación; beber, al igual que hacer campaña a favor de la constitución, fue prohibido durante los siguientes tres días para promover una votación lúcida el domingo.
El presidente boliviano, Evo Morales, llegó alrededor de las 8 de la noche, después de dar un discurso en La Paz ese mismo día, volar a Cochabamba para cerrar la campaña allí y luego regresar a la Plaza Murillo para dar un impulso final a la constitución. Cuando llegó Morales, alguien desde el escenario inició un canto que se extendió entre la multitud: "¡Evo! ¡Evo! ¡Evo!". El Presidente habló de la diversidad del público, la música y la cultura presentes en la plaza. "Esto es plurinacionalismo", dijo, refiriéndose a un tema clave de la Constitución. "Pero algunas familias [de élite] en Bolivia no creen en el plurinacionalismo", continuó, señalando con el dedo al aire, condenando a los críticos de la nueva constitución. Continuó hablando de los avances progresistas en la nueva constitución, habló de la victoria de su votación revocatoria en agosto y del apoyo regional que ha recibido de otros líderes latinoamericanos: "afortunadamente, no estamos solos". Después de tocar los temas habituales de discursos recientes, cerró con un grito de "Patria o Muerte".
Los aplausos que siguieron fueron rápidamente sofocados por las atronadoras explosiones de los fuegos artificiales lanzados en medio de la plaza. Los fuegos artificiales estallaron en direcciones aleatorias, peligrosamente cerca de la multitud, con trozos de cartón de las explosiones volando por todas partes. Además de la esperanza que muchos en la multitud saboreaban por el momento, lo que llamó la atención fue que hace poco más de 50 años era ilegal que los indígenas ingresaran a la Plaza Murillo. Y esa noche, una multitud mayoritariamente indígena celebraba la inminente aprobación de una nueva constitución que otorgaría derechos sin precedentes a la mayoría indígena de Bolivia.
Al día siguiente, viernes 23 de enero, Morales firmó un decreto nacionalizando todas las acciones de la Compañía Petrolera Chaco Petrolera Ltda. El presidente dijo que los empleados de la empresa conservarían sus puestos de trabajo, pero que la junta directiva sería reemplazada. La empresa es administrada por la angloargentina Panamerican Energy y es filial de la empresa británica BP. Bajo Morales, el gobierno boliviano se ha hecho cargo de varias empresas de gas, petróleo, minería y telecomunicaciones.
Tras firmar el decreto en Entre Ríos, Morales dijo: "Poco a poco vamos recuperando nuestras empresas, nuestros recursos naturales". Explicó que "las compañías petroleras no están respetando las normas bolivianas", pero que el gobierno "respetará la inversión privada siempre que respeten las normas bolivianas... Queremos socios, no patrones".
"El mejor homenaje a la patria y a quienes han dado su vida en las luchas sociales es esta recuperación [de la industria del gas] que nos pertenece", dijo Pedro Montes, líder ejecutivo de la Central Obrera Boliviana (COB). la Agencia Boliviana de Información. "Evo Morales no está solo porque lo estamos acompañando los trabajadores".
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Benjamín Dangl reside actualmente en Bolivia y es autor de El precio del fuego: guerras por los recursos y movimientos sociales en Bolivia (Prensa AK). Él es el editor de Hacia la libertad.com, una perspectiva progresista sobre los acontecimientos mundiales, y UpsideDownWorld.org, un sitio web sobre activismo y política en América Latina. Correo electrónico Bendangl(arroba)gmail(punto)com
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