Dentro del Hotel BAUEN, uno de los lugares de trabajo dirigidos por trabajadores de Argentina, conserjes, reparadores, recepcionistas y mucamas se sientan en una asamblea con rostros preocupados pero decididos y hojas de papel en la mano. Cada uno de los trabajadores, algunos de los cuales han estado trabajando en el hotel desde su construcción en 1978, tienen una orden judicial de desalojo, un documento judicial que notifica a los trabajadores que deben abandonar el hotel o la policía los obligará a irse.
Después de cuatro años de gestión exitosa de los trabajadores, un tribunal federal emitió un aviso de desalojo de 30 días a los trabajadores del hotel el 20 de julio. Sin embargo, este es el primer desalojo ordenado por un tribunal contra el que la cooperativa de trabajadores ha tenido que luchar. Las empresas recuperadas de Argentina se están movilizando para luchar contra este nuevo ataque a la determinación de los trabajadores. Si los trabajadores no logran bloquear la orden de desalojo legalmente o mediante acciones políticas, el hotel podría perderse y 150 trabajadores quedarían sin trabajo.
Después del cierre del hotel en 2001, sin otra opción, el 21 de marzo de 2003 los trabajadores decidieron apoderarse del hotel para salvaguardar su sustento y defender sus puestos de trabajo. Desde 2003, los trabajadores operan el hotel cooperativo BAUEN, un edificio de 20 pisos en pleno corazón de Buenos Aires. La cooperativa BAUEN, como muchas de las empresas recuperadas, se vio obligada a iniciar la producción sin ningún respaldo legal. La cooperativa de trabajadores del Hotel BAUEN emplea actualmente a más de 150 trabajadores, todos ellos trabajando sin jefes, supervisores ni propietarios, sino en un lugar de trabajo democrático.
Inauguraciones iluminadas y quiebras fraudulentas
El Hotel BAUEN fue inaugurado con motivo del Mundial de 1978, durante el apogeo de la dictadura militar. Mientras la dictadura militar desaparecía a 30,000 trabajadores, estudiantes y activistas dentro de una red de centros clandestinos de detención, Argentina celebraba la victoria en la copa mundial de 1978. El propietario original del Hotel BAUEN, Marcelo Iurcovich, también celebró. Recibió más de cinco millones de dólares para construir el hotel de 20 pisos, con un préstamo gubernamental del Banco Nacional de Desarrollo (BANADE), con el beneplácito de la dictadura militar.
Iurcovich, nunca exigió que el hotel cumpliera con los códigos de inspección de seguridad y nunca devolvió los préstamos estatales. Acumuló deudas y cometió evasión fiscal mientras obtenía millones de dólares en ganancias y adquiría dos hoteles más. En 1997, Iurcovich vendió el hotel al grupo empresarial Solari S.A. El grupo Solari siguió los pasos de Iurcovich, nunca pagando la deuda del BANADE. Con poco interés por la rentabilidad y el mantenimiento del hotel, las instalaciones del BAUEN se fueron deteriorando hasta que el grupo Solari se declaró en quiebra en 2001.
El 28 de diciembre de 2001, después de que la dirección iniciara despidos sistemáticos y vaciara el hotel, los 80 trabajadores restantes quedaron en las calles en medio de la peor crisis económica de Argentina y cuando el desempleo alcanzó niveles récord: más del 20% de los desempleados y el 40% de la población no puede encontrar un empleo adecuado. Gabriel Quevedo, presidente de la cooperativa BAUEN, dice que los trabajadores crearon empleos cuando los inversionistas e industriales huyeron del país. “Los trabajadores asumieron la responsabilidad cuando el país estaba en plena crisis y el desempleo superaba el 20 por ciento, donde los trabajadores no podían encontrar trabajo. Los trabajadores formaron una cooperativa y crearon puestos de trabajo, cuando nadie creía que fuera posible”.
Nueva cultura laboral
Después de la crisis económica de 2001, los trabajadores han recuperado más de 180 fábricas y empresas y hoy dan empleo a más de 10,000 trabajadores argentinos. Arminda Palacios es costurera, trabaja en el hotel desde hace más de 20 años y fue una de las personas clave que decidió cortar las cerraduras de una entrada lateral del hotel el 28 de marzo de 2001. Ella define el hotel BAUEN como simplemente más que una cooperativa que defiende el empleo. “Socialmente hemos demostrado a la gente que los trabajadores pueden gestionar una empresa. Éste es uno de nuestros principales motivos, porque la gente cree que los capitalistas son los únicos que pueden gestionar un negocio, y nosotros demostramos lo contrario, sobre todo porque hemos creado 150 puestos de trabajo.»
Cuando los trabajadores ocuparon el hotel por primera vez, estaba en ruinas. No fue hasta casi un año después de ocupar el hotel que pudieron comenzar a alquilar servicios. Antes de que los trabajadores se llevaran a casa un solo sueldo, reinvirtieron todo el capital en el hotel. Han invertido cientos de miles de dólares en la infraestructura del hotel: renovando la cafetería del frente, las habitaciones del hotel, los salones a prueba de incendios y reabriendo el área de la piscina.
Elena es una recepcionista de veintitantos años y dice que ella y sus compañeros de trabajo han sacrificado mucho para defender sus puestos de trabajo. “No tuvieron que echarnos a la calle el 20 de diciembre de 28, porque el hotel tenía bastante negocio, pero los empresarios dejaron que el hotel se arruinara y tuvimos que irnos. Hemos renovado el hotel y hemos abierto con éxito un hotel que estaba cerrado. Ahora que ven que el hotel tiene éxito, nos lo quieren quitar”.
Además de crear empleos, el hotel BAUEN se ha convertido en un espacio de organización clave para activistas de la ciudad. Durante una asamblea el 23 de julio, trabajadores de todo el país vinieron a mostrar su apoyo. “Sin el BAUEN no se habría formado nuestra comisión sindical interna”, dijo un trabajador del casino de Buenos Aires. Docenas de otros trabajadores que representan a sindicalistas de base emergentes destacaron la importancia que ha tenido BAUEN en la organización y coordinación de las luchas de los trabajadores. A nivel local, BAUEN Hotel se ha convertido en un excelente ejemplo de construcción de coaliciones y desarrollo de una amplia red de apoyo mutuo. En medio de luchas legales y administrando con éxito un destacado hotel, los miembros de la cooperativa no han olvidado sus raíces. El hotel de 19 pisos administrado por trabajadores se ha convertido en un centro político para la organización de movimientos y en una comuna moderna.
Lucha actual contra los desalojos
El juzgado ordenó el auto de desalojo a favor del grupo empresarial Mercoteles, que afirma haber comprado el hotel a Solari en 2006, cuando la cooperativa de trabajadores BAUEN ya se encontraba dentro de los servicios de administración del hotel. El presidente de Mercoteles, Samuel Kaliman, es cuñado de Iurcovich. En el tribunal el año pasado, Kaliman no pudo proporcionarle la dirección de Mercoteles, los nombres de los miembros de la junta directiva y otra información legal.
Los asesores jurídicos y los trabajadores sospechan que los Mercoteles son un grupo empresarial fantasma, con poca legitimidad jurídica y con vínculos con el grupo Solari. Según Isabel Sequeira, en sus 11 años trabajando en el hotel bajo un jefe había visto muchos cambios administrativos cuestionables. “Mercoteles es una empresa fantasma. Cuando trabajaba en el hotel bajo las órdenes de los jefes, hubo muchos cambios administrativos furtivos. Teníamos muchos “jefes” que cambiaban periódicamente”.
Los trabajadores del hotel también enfrentan otro desafío mayor: el recién elegido alcalde de derecha, Mauricio Macri. Macri, un magnate empresarial e hijo de la privatización, ganó las elecciones municipales en junio. Como parte de su campaña, ha prometido eliminar cualquier “okupa” o “okupación” de la ciudad. En la semana en que el hotel BAUEN recibió la orden de desalojo, más de 12 viviendas ocupadas en la ciudad fueron desalojadas por la fuerza. Macri, asumirá el cargo en diciembre.
Cuando llegó la notificación de desalojo, el hotel estaba reservado para las vacaciones de invierno. El aviso no podría haber llegado en el peor momento. Sin embargo, los trabajadores y simpatizantes se han movilizado rápidamente. Frente a los Juzgados Centrales de Buenos Aires el 5 de agosto cerca de 2,000 personas salieron a defender el hotel. La cooperativa de trabajadores presentó un recurso de apelación y seguirá presionando por el derecho legal definitivo sobre el hotel.
“Creemos que luchar dentro del sistema legal no es suficiente. Por eso estamos dispuestos a luchar en las calles, donde somos más fuertes”, dijo Fabio Resino, asesor jurídico del hotel durante una asamblea. “Pedimos a las organizaciones sociales que asuman la lucha por BAUEN como una lucha propia, porque el hotel BAUEN es del pueblo”.
La cooperativa de trabajadores BAUEN se ha embarcado en una campaña nacional para defender su hotel y sus puestos de trabajo. La campaña está ganando fuerza a medida que se acerca la fecha del desalojo a finales de agosto. Los grupos han planeado una serie de conciertos y mítines con estrellas de rock y otras personalidades de la televisión apoyando a los trabajadores por el legítimo derecho a defender su sustento.
Marie Trigona es escritora, reportera de radio y cineasta radicada en Argentina. Puede ser contactada en [email protected] Para ver un video sobre la lucha de BAUEN visite www.agoratv.org